EUROPA
PRESS
17 noviembre
2018
El
ruido del tráfico puede aumentar el riesgo de obesidad. ¿por qué?
La exposición a largo plazo al ruido
procedente del tráfico rodado está asociada a un aumento del riesgo de
obesidad, según las conclusiones de un estudio en el que ha participado el
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un
centro impulsado por la Fundación Bancaria la Caixa
publicada en 'Environment International'.
El estudio pretendía contrastar los resultados de los
escasos trabajos anteriores que ya habían mostrado vinculación entre ruido del
tráfico y diversos marcadores de obesidad. Para ello, contaron con 3.796
personas adultas que participaron en la cohorte suiza SAPALDIA y a las que se
efectuaron dos visitas de seguimiento entre los años 2001 y 2011. La
investigación basó en medidas objetivas como el peso, la altura, el índice de
masa corporal, el perímetro de la cintura y el porcentaje de grasa abdominal de
cada participante. Estos datos se combinaron con estimaciones de la exposición al
ruido generado por medios de transporte elaboradas en el marco del proyecto
suizo SiRENE.
"Nuestro análisis muestra que, efectivamente, las
personas que están más expuestas al ruido del tráfico rodado tienen un mayor
riesgo de obesidad. Por ejemplo, observamos que un incremento de 10 dB en la media de ruido al que estaban expuestos los y las
participantes se traducía en un 17% más de obesidad", explica María Foraster, investigadora de ISGlobal
y primera autora del estudio.
El estudio también analizó la exposición al ruido generado
por el tráfico aéreo y ferroviario, sin encontrar asociaciones significativas,
salvo en el caso de la exposición a largo plazo al ruido del tráfico
ferroviario, que sí se relacionó con un mayor riesgo de sobrepeso, pero no de obesidad.
Se abordaron los datos desde dos aproximaciones diferentes:
un enfoque transversal permitió realizar un análisis de la población
participante en un momento concreto del estudio y examinar diversas medidas
objetivas, mientras que la perspectiva longitudinal evaluó la evolución del
riesgo de obesidad del periodo investigado en su conjunto. Tanto en un caso
como en otro las asociaciones halladas en lo que se refiere al ruido procedente
del tráfico resultaron consistentes. No fue así en lo que se refiere al
sobrepeso, que solo se relacionó con la exposición al ruido del tráfico en el
análisis transversal. Tampoco se observó relación del ruido con cambio en el
índice de masa corporal , medido de forma continua, en
los análisis longitudinales.
"Nuestro estudio aumenta la evidencia acerca de los
posibles efectos del ruido del tráfico sobre la obesidad, al encontrar los
mismos resultados que estudios anteriores en una nueva población
. Sin embargo, se requieren más trabajos longitudinales para confirmar la
asociación y examinar algunas inconsistencias para las que hasta la fecha no
hemos logrado hallar una explicación de consenso", señala Maria Foraster.
La exposición sostenida al ruido es un problema de salud
pública muy extendido y más grave de lo que se cree, según los expertos, ya que
genera estrés y afecta al sueño. El estrés produce cambios hormonales y aumenta
la presión arterial. Además, la alteración del sueño desregula
la glucosa y altera el apetito, entre otros efectos.
"A largo plazo, esto puede conducir a alteraciones
fisiológicas crónicas, lo cual explicaría que la exposición persistente al
ruido del tráfico se asocie a enfermedades cardiovasculares, lo cual está
probado, o las asociaciones recientes con diabetes y obesidad. Nuestras conclusiones
sugieren que reducir el ruido del tráfico también podría ser una forma para
luchar contra la epidemia de obesidad", añade Maria Foraster.